mi primer caballo

Una bonita historia de amor....
que no le deseo a nadie.

Entiendo las ganas que tienes de tener un caballo con el que compartir grandes momentos de complicidad.

También sé lo frustrante que puede ser no tomar la decisión correcta.

Desgraciadamente, en este mundo hay muchos piratas con pocos escrúpulos... a los que no les importa en absoluto la ilusión que tiene una persona que quiere comprarse un caballo y el esfuerzo económico que esto puede suponer para algunos.

Y lo peor… ¡Los malos y los nobles tienen la misma cara y son igual de nobles! A veces los malos son incluso más nobles, lo que les permite ganarse la confianza de sus presas, ¡y boom!

Convierten un sueño en una pesadilla llevándose una buena tajada.

A mí me pasó… hace unos 20 años, con mi primer caballo.

Fue amor a primera vista…. ¡Era magnífico, un caballazo! y por aquel entonces, me pareció una muy buena oportunidad, ya que con mi presupuesto solo podía aspirar a caballitos cruzados sin ninguna belleza.

La probé varios días, en pista, en el campo… impecable. ¡Y lo compré!

Rápidamente comenzó a mostrarme que tenía mucha más experiencia con humanos que yo con caballos... ¡Me hizo de todo! Era muy listo… Me ponía a prueba todos los días, y cuando superaba algo, se inventaba otra cosa.

No quiso salir de la caja, o salió como loco, no quiso acercarse al aro de la pared para atarlo, no se dejó poner el cabestro, siguió adelante. la montura, no se quedo en el lugar para bajar, no queria entrar al paseo, cuando caminaba solo con el, tenia miedo de todo…….

Una pesadilla que duró meses, ¡muchos meses!

Dos años después me enteré de que el chico al que se lo compré lo vendió porque le había cogido miedo.

Pero para entonces, Huracán y yo ya nos habíamos hecho amigos (gracias a la etología) y se había convertido en mi gran amor.

Esta podría haber sido una historia con final feliz, si no hubiera sido porque empezó a cojear...

Efectivamente, el caballo tenía una mala conformación de aplomos, que con el paso de los años se convirtió en un problema muy gordo.

A pesar de que me gasté una fortuna con los mejores herreros de Francia, Suiza y España, infiltraciones, homeopatía, mentalistas, y todo lo que podáis imaginar, el caballo nunca pudo trabajar de manera regular.

Tras vivir esta experiencia, aprendí a mirar los caballos de abajo hacia arriba, es decir empezando por los cascos.

En definitiva, un caballo que al principio me costó muy poco, pero que nunca pude disfrutar del todo y en el que terminé gastando una fortuna.

Terminé castrándolo y dejándolo suelto con otros caballos. Adiós a mi querido caballo… que lamentablemente, me siguió costando dinero durante bastante tiempo.

Muchos me aconsjejaron venderlo (entre cojera y cojera) y tratantes de caballos que conocía me lo quisieron comprar, pero;

1.- No soy capaz de defraudar a nadie

2.- Lo amaba mucho y no quería separarme de él

3.- Quería que estuviera bien cuidado hasta el final de sus días

Si eres como yo, que te encantan
Tantos animales que no puedes separarte de ellos... ne
no te arriesgues y pide consejo a alguien que conozca el
mercado y que sepa de caballos.

No lo hice y me costó caro.

Mi historia se remonta a varios años atrás… pero te puedo asegurar que en este sentido las cosas no han cambiado mucho.

Eso si, aprendí bastante... de comportamiento y de aplomos. Pero sobre todo aprendí a rodearme de gente buena y honesta, que sabe muchísimo más que yo y que son los que hoy forman parte del equipo de IberHorse.

¿Quieres elegir el caballo adecuado?

¿Te gustaría hacerlo con el asesoramiento GRATUITO de un equipo de profesionales que quieren lo mejor para ti y tu caballo?